El manar del tiempo,
de los sortilegios inmutalbes,
de los talismanes de la memoria
y de la nostalgia.
La relatividad de las miradas externas,
las vistas esporádicas,
las pláticas efímeras.
Claro,
yo sigo con mi andanza, viajera sin maletas,
con mi perseverancia de viejo niño terco,
mi serenidad de piedra en el camino
(tu camino).
Mientras, las horas pasan largas:
constante estructurada por la mano del hombre,
esencia inalcanzable sin verdad y sin nombre...
Yo sigo con mi andanza,
tabique tras tabique, y al final va la tregua,
sin pausa ni escondite.
derrumbe tras derrumbe,
el tiempo erosionando las explicaciones,
las horas,
derribando las buenas intenciones.
H.O.R.