miércoles, 31 de marzo de 2010

Las horas

Por mis caminos más remotos sólo va el tránsito de las horas.

El manar del tiempo,
de los sortilegios inmutalbes,
de los talismanes de la memoria
y de la nostalgia.

La relatividad de las miradas externas,
las vistas esporádicas,
las pláticas efímeras.

Claro,
yo sigo con mi andanza, viajera sin maletas,
con mi perseverancia de viejo niño terco,
mi serenidad de piedra en el camino
(tu camino).

Mientras, las horas pasan largas:
constante estructurada por la mano del hombre,
esencia inalcanzable sin verdad y sin nombre...

Yo sigo con mi andanza,
tabique tras tabique, y al final va la tregua,
sin pausa ni escondite.

derrumbe tras derrumbe,

el tiempo erosionando las explicaciones,
las horas,
derribando las buenas intenciones.

H.O.R.

domingo, 7 de marzo de 2010

Cómplices

Elemental,
los momentos que aceleran tu existencia,
el ritmo de la música de los días,
la fundamentalidad del sonar de los tambores
en la complicidad de nuestros corazones.

Ritmo, rima, armonía,
en el pasar de las horas y los días,
constelaciones de miradas alternas
entre personas, ciudades y estrellas.

Mi vida desencadenada, la vorágine de los segundos,
la inmortalidad de los recuerdos nocturnos
y el acelerado pulso de mis manos perdidas
encuentra sus cómplices en otro par de ojos coincidentes

Par de milagros, de secretos,
de historias, de sueños, de encuentros,
de recuerdos, de posibles e imposibles,
de momentos, de canciones, de juegos.

Par de coincidencias, de corazones intrépidos,
par de conseuencias, de sonrisas y sortilegios,
de ritmos, rimas y armonías en el pasar de las horas y los días,
par de fuerzas elementales de la naturaleza,
par de ojos cómplices compartiendo mi sentencia.

Después de los crímenes,
sólo me resta estar a su lado
con una promesa de eternidad.

Después de los años
ya sólo queda
la complicidad.

H.O.R.
A Irurzo y Lodela

Reflejo o Cuarto nocturno

La poesía
es sólo la evidencia de la vida

La ceniza del fuego de tus labios,
la palabra del tacto
de tus manos.

La poesía de noche es tu figura
vagando por mis lunas,
rondando entre mis sueños.

La poesía de día es mi locura
leyendo tus miradas,
andando en tu recuerdo.

Ya tu nombre estalla en unos versos
y mi pluma evoca tus misterios.

Ya tus ojos viajan en el viento
y yo canto el delirio de su encuentro.

La poesía es sólo tu palabra,
el juego de tus letras.

La poesía
es esta encrucijada
de besos y planetas:

la caricia y el ritmo de tu boca,
mi silencio y el eco de tu voz,
la demencia de ser por ti demente,
de guerrero que lucha por amor.

La poesía, por mi,
es sólo la evidencia de tu vida,
por eso son tus líneas,
mi vida y su razón.

H.O.R.