de las tristes andanzas,
de caminos a solas,
de perder remembranzas.
Cuídate del frío
que te dejan las tardes
cuando no encuentras risas,
y no quemes las naves.
Cuídate del tiempo,
del horror y del clima,
del cigarro, el café y las espinas.
Cuida tus dientes y las viejas costumbres,
pero no pierdas nunca,
por cuidarte de todo,
unos cuantos razguños.
H.O.R.
A Elisa, Ángel