Hoy mismo me decido a reunir mis fragmentos,
a no borrar mi identidad en el destierro,
a ser de nuevo una palabra sin aliento.
Me decido a esperar más que la muerte,
a renovar el inventario de mis recuerdos,
a tantear terrenos
y a retar la suerte.
Sin atenerme al calendario
ni atarme a profecías,
sin límite al vocabulario
ni temor a epifanías.
Me decido sin razones ni promesas tardías,
por hoy y hasta mañana
sin contratos ni espías.
Hoy mismo me decido a regresar al hogar,
reunir mis fragmentos y volver a empezar.
H.O.R.