traspasa mi cuerpo
y el aroma de tu cuello
estremece mis labios.
Existes en cada suspiro
y en todo silencio me llamas.
Grita vorazmente mi alma para no escucharte,
para no acpetarte y no tenerte,
para no quererte, y no llamarte
con lagrimas terribles
en mis desolados llantos.
Déjame seguirte sin tocarte
déjame entregarme y no me tomes
déjame besarte la voz
y llévame en tus palabras.
Incítame a seguirte a donde vayas,
y a entregarte mi alma y no la tomes,
guarda mi beso en tus palabras
y pronúnciame en tu voz.
Toca mi mano y llévame,
entrégame tu alma y toma mi voz,
besa mis labios llenos de palabras.
Sólo
déjame seguirte.
Para de gritar y escúchame:
con tu ojos de hielo y temblando
¡llámame en todo silencio!
Yo te sueño en mis desesperados besos,
sueño tu consuelo,
y tu mirada en esta ardiente tarde
y los tormentos desprendidos
del perfume de tu cuello.
H.O.R.