Tu vestido hecho girones por el viento
mientras mis manos tienden a tu cabello
y mis ojos acarician tu cuerpo.
Sólo un sueño.
Despierto y camino por la ciudad,
desesperado, leyendo tu nombre en cada ventana,
tus versos en cada conversación.
Tal vez no entienda de momentos
o nacimientos de sentimientos,
de reglamentos o pensamientos.
Qué podría saber entonces de tu cabello
o de tus miradas furtivas?
Y cómo hablar de tu química adherida a mis elementos?
De tu voz enredada en el viento
y de tu vestido que pasa por mi ventana:
mis manos recorriendo tus brazos
y mi verso aferrado a tu sueño.
H.O.R.
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