lunes, 16 de noviembre de 2009

Momento.

Tu vestido hecho girones por el viento
mientras mis manos tienden a tu cabello
y mis ojos acarician tu cuerpo.

Sólo un sueño.

Despierto y camino por la ciudad,
desesperado, leyendo tu nombre en cada ventana,
tus versos en cada conversación.

Tal vez no entienda de momentos
o nacimientos de sentimientos,
de reglamentos o pensamientos.

Qué podría saber entonces de tu cabello
o de tus miradas furtivas?

Y cómo hablar de tu química adherida a mis elementos?

De tu voz enredada en el viento
y de tu vestido que pasa por mi ventana:

mis manos recorriendo tus brazos
y mi verso aferrado a tu sueño.

H.O.R.

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